Dejamos secar la leña de encina un mínimo de 28 meses en nuestras instalaciones. Con este tiempo de secado la leña de encina está en un punto óptimo de consumo, proporcionando entonces sus mejores cualidades caloríficas y una óptima duración.
La leña de encina es una leña dura y consistente, de alto peso especifico y gran poder calorífico. Al quemar a más temperatura proporciona mucho calor y gracias a su dureza se consigue un fuego duradero.
La leña está perfectamente seca y lista para su uso, con un contenido de humedad ideal inferior al 20%.
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