La madera de olivo está entre las consideradas como maderas duras; tiene un alto poder calorífico y produce menor cantidad de ceniza que otras maderas como la encina. La dejamos secar al menos 28 meses lo que garantiza una humedad inferior al 20%.
Si hacemos troncos y maderos relativamente pequeños, es ideal para estufas y chimeneas pequeñas. La madera de olivo contiene menos gas en su interior que la de encina, por lo que el número de chispas que produce es mucho menor, y aunque jamás debemos dejar un fuego o chimenea abiertos sin vigilancia, el riesgo de que salte una chispa es menor con esta madera.
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